Un nuevo incidente con un coche autónomo de Cruise hace tomar medidas a su uso y restricciones
Hace apenas unos días, Cruise y Waymo recibieron una histórica autorización para operar sus robotaxis en San Francisco 24/7, y además con el permiso de cobrar por sus servicios. Este anuncio, sin embargo, no duró mucho en celebrarse.
Tan solo una semana después de obtener esta autorización, Cruise, propiedad de General Motors, ha tenido que reducir a la mitad su flota en la ciudad. El motivo: un choque con un camión de bomberos en servicio, que resultó en un herido leve.
Este incidente pone en relieve los desafíos y riesgos inherentes en la implementación de tecnologías autónomas de transporte. La autorización inicial ya había generado controversia, debido a múltiples incidentes y congestiones de tráfico relacionados con estos vehículos autónomos.
Seguridad y regulación: Un Acto de equilibrio
El Departamento de Vehículos a Motor de California (DMV), organismo encargado de la supervisión de vehículos autónomos en el estado, solicitó a Cruise que limitara sus operaciones. La empresa accedió a no operar más de 50 robotaxis durante el día y 150 durante la noche, hasta que se complete una investigación sobre el accidente.
Según Cruise, su Chevrolet Bolt autónomo tenía el semáforo en verde cuando ocurrió la colisión. Sin embargo, la implicación del camión de bomberos en servicio sugiere que el vehículo autónomo no cedió el paso adecuadamente.
Este accidente alimenta preocupaciones previas expresadas por los bomberos de San Francisco, quienes habían señalado cómo los robotaxis podían obstaculizar las operaciones de emergencia.
Lecciones aprendidas y el futuro de los Robotaxis
Desde que comenzaron las pruebas en San Francisco, tanto Cruise como Waymo han provocado múltiples atascos e inconvenientes, lo que ha llevado a algunos residentes a boicotear estos vehículos. La implementación de tecnologías de movilidad autónoma en áreas urbanas está demostrando ser un proceso complejo y arriesgado, tanto desde el punto de vista técnico como social.
Este incidente reciente sirve como un recordatorio crucial de los límites y los desafíos actuales de la tecnología autónoma. No es simplemente una cuestión de obtener autorizaciones; es vital abordar una serie de inquietudes de seguridad y operacionales para lograr una implementación efectiva y segura.
En resumen, el camino hacia la movilidad autónoma generalizada aún tiene varios obstáculos por delante. Las lecciones aprendidas de los recientes eventos en San Francisco son claras: la seguridad y la coordinación con los servicios de emergencia deben ser prioridades absolutas si los robotaxis desean convertirse en una solución de transporte viable y confiable.