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Alarga la vida de la batería de tu coche eléctrico con la carga lenta

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Punto-Carga-lento

Las baterías son uno de los elementos clave del coche eléctrico y también el más caro. Para evitar su degradación, es fundamental prestar atención a la forma en la que cargamos el coche. Si preguntamos a fabricantes y expertos qué tipo de carga es mejor utilizar, la respuesta es clara: la carga lenta, ya que utiliza menor potencia.

Los coches eléctricos pueden cargar a diferentes velocidades: carga lenta y carga rápida (semirrápida, rápida, ultrarrápida). Aunque hay situaciones en las que puede ser necesario utilizar la carga rápida, como durante un viaje largo, emplear la carga lenta en la rutina diaria siempre será mejor para mantener el nivel óptimo de la batería

Todos los coches eléctricos del mercado soportan la carga lenta, que puede realizarse en modo 2 a una potencia muy limitada, con un conector tipo Schuko donde se produce una carga con corriente alterna monofásica a 230V, 16A y 3,7kW de potencia máxima o en modo 3, que funciona con un sistema de alimentación específico de vehículo eléctrico (SAVE), habitualmente conocido como Wallbox. 

Si queremos optimizar al máximo el proceso de recarga de nuestro coche eléctrico, la carga lenta en modo 3 es la mejor opción.  El modo 3 permite tanto la carga lenta (a 3,7 kW o a 7,4 kW) como la carga rápida, ya que admite hasta 63 A en trifásico, llegando a una potencia de 44 kW. Es importante que elijamos la carga lenta siempre que podamos para conservar la batería en su estado óptimo. 

El modo 3 es más recomendable por tratarse del modo más seguro e inteligente, ya que se realiza mediante un sistema de alimentación específicamente diseñado para la recarga de vehículos eléctricos, que incorpora sistemas avanzados de seguridad. Está equipado con protecciones en la propia infraestructura de carga, y cuenta con un conector específico que permite la comprobación permanente de la toma a tierra, la verificación de conexión correcta, o la activación y desactivación de carga, entre otras funciones adicionales que proporcionan la protección y seguridad tanto del vehículo como de la instalación eléctrica. 

Estos sistemas tienen la capacidad de programar la carga de las baterías, algo que tiene especial interés tanto para el ahorro como para nuestra comodidad.  El coche estará listo cuando vayamos a necesitarlo y, si cargamos en tramos horarios específicos, podremos aprovechar las tarifas eléctricas más económicas. También miden la energía consumida, una función bastante útil a la hora de controlar el gasto. 

La instalación no supone inconveniente. Aunque puede instalarse en el garaje de la vivienda, también está disponible en muchos otros puntos, como empresas, aeropuertos o centros comerciales. De esta manera, no tendremos que hacer ningún tipo de inversión y podremos aprovechar períodos como la jornada laboral o la noche para recargar el vehículo con carga lenta en modo 3, combinando las ventajas de la primera con una gestión más segura e inteligente.

Debemos ser conscientes de que los malos hábitos de carga pueden acabar deteriorando el vehículo. Marcas y asociaciones como BMW, Hyundai, Nissan o la AEDIVE señalan la importancia de seguir estas pautas y recomiendan la recarga lenta para cuidar la batería y asegurar el mantenimiento de su capacidad. 

Apasionado de la tecnología, coches eléctricos, de los avances de la humanidad y de la energía sostenible. Me encanta compartir mi punto de vista con los demás.

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