Un estudio pone en evidencia las carencias de España para ser un “tractor” de la era eléctrica en Europa
La movilidad eléctrica se presenta como la solución más viable para combatir las crecientes emisiones de CO2 del sector del transporte. Sin embargo, uno de los factores cruciales para la adopción masiva de los vehículos eléctricos (VE) es el coste y accesibilidad de su carga.
OBS Business School ha puesto el foco sobre este asunto, y su informe arroja luces y sombras sobre la situación en España.
Un análisis del panorama eléctrico actual
El auge del vehículo eléctrico: Según las cifras, en el primer trimestre del año, se registró un incremento del 25% en ventas de vehículos electrificados globalmente. China lidera este crecimiento con el 60% de las ventas mundiales, mientras que Europa, pese a mostrar un incremento saludable, tiene apenas un 20% de coches eléctricos entre sus ventas y tan solo el 1% del parque automovilístico total.
Infraestructura de recarga en España: El pasado 2022 fue testigo de un récord en la instalación de puntos de recarga en España, con un crecimiento del 54% respecto al año anterior. Sin embargo, la realidad muestra que muchos de estos puntos están subutilizados o incluso pendientes de conexión a la red.
El precio de la recarga en España frente a Europa
Un dato alarmante del informe de la OBS es que la recarga pública en España es una de las más caras de Europa, llegando a ser hasta un 130% más costosa que en países vecinos como Portugal. La falta de interoperabilidad, presente en otros países europeos, está influyendo en este sobreprecio. Esta situación, sin duda, es un freno para la total adopción de la movilidad eléctrica en el país.
Para fomentar un mejor aprovechamiento, el MITECO lanzará un mapa interactivo de puntos de carga, aunque desde OBS se argumenta que debería ser más extenso para abarcar toda la red pública.
Retos y propuestas para el futuro
El informe no se limita a exponer datos, sino que también pone sobre la mesa los retos y posibles soluciones. La oferta de coches eléctricos sigue creciendo, pero aún se considera insuficiente. A esto se suma un incremento del precio de venta de los vehículos, lo que lleva a que en España se vendan más coches usados que nuevos, con el consiguiente impacto ambiental y de seguridad.
May López, experta en el tema, propone soluciones concretas: “Se necesitan ayudas directas de tramitación ágil, no tributables y vinculadas a la sostenibilidad”, apuntando a modelos exitosos en otros países. En Francia se promueve la producción local, y en Alemania se incentiva la contribución a la descarbonización del sistema energético.
En conclusión, si bien España ha hecho avances notables en la promoción de la movilidad eléctrica, todavía queda un largo camino por recorrer, sobre todo en lo que respecta al precio de la recarga. Es vital que se tomen medidas para mejorar la infraestructura de carga y hacerla más asequible para el ciudadano medio, asegurando así un futuro más verde y sostenible para todos.