El mundo se mueve a pasos agigantados. Y esto es algo que, valga la redundancia, afecta de lleno a la movilidad eléctrica. Un modelo que llega para quedarse y al que todos los actores se apresuran a adaptarse de una forma rápida y efectiva. Y por ello hemos decidido abordar el concepto de movilidad eléctrica, su contexto, beneficios y futuro de una forma realmente gráfica. Abordando, por el camino, la necesidad de cambio de paradigma.
¿Qué es la movilidad eléctrica?
Antes de abordar cualquier aspecto relativo a la movilidad eléctrica resulta fundamental comprender su significado. Entendemos el concepto de movilidad eléctrica como el desplazamiento mediante vehículos propulsados por motores eléctricos. Algo que abarca multitud de soluciones que van desde la bicicleta o los scooters hasta los coches eléctricos. Aspecto este último que se ha prodigado bastante durante los últimos años. Solo hay que echar mano a las nuevas tarifas para el coche electrico. Y es que cada vez más comercializadoras tienden a incluir tarifas especiales para la carga de vehículos enchufables.
Unas estadísticas realmente electrizantes
Durante los últimos años, e incluso meses, la movilidad eléctrica, y todo lo que ello conlleva, ha dado un verdadero salto cualitativo y cuantitativo en nuestro país. Solo hay que echar mano a los datos. Las matriculaciones de vehículos eléctricos e híbridos aumentaron en más de un 35% em los primeros 11 meses de 2022 con un parque total instalado de 330.000 unidades. Por otro lado, y este era hasta el momento uno de los eslabones débiles del sector, los puntos de carga gratuitos aumentaron, con más de 21.000 repartidos por todo el territorio, en cerca de un 40%.
Por otro lado, conviene tener en cuenta como, a pesar del contexto económico e inflacionista actual, la ciudadanía ha sabido buscar alternativas para pasarse a la movilidad eléctrica y sostenible. No en vano, 1 de cada 3 coches eléctricos adquiridos en España lo hacen a través de un sistema de renting. Solo hay que echar la vista atrás para comprobar como en los últimos 10 años el número de eléctricos se ha multiplicado por 5. Quedando a un paso de ese ansiado punto de inflexión en el que los enchufables den el sorpaso a los de combustión.
Ventajas de pasarnos a la movilidad eléctrica
La principal ventaja de pasarse a la movilidad eléctrica pasa, valga la redundancia, por sus nulas emisiones de CO2 y por su casi inexistente contaminación auditiva. Algo que repercute en nuestro planeta, y su conflicto climático y, por ende, en nuestra propia salud. Y es que evitar la emisión de toneladas y toneladas de gases de efecto invernadero ya es motivo más que suficiente para dar por finalizado este listado. Pero es que los beneficios de adoptar este sistema no se quedan ni mucho menos ahí. No en vano, el ahorro con respecto a los combustibles tradicionales, su casi inexistente mantenimiento, el menor número de averías, las excepciones fiscales o las subvenciones y ayudas para poder acceder a su compra hacen que pasarnos a la movilidad sostenible no solo sea una necesidad vital sino también una alternativa mucho menos costosa. Para finalizar, y hablamos en clave de futuro, los constantes y continuos avances tecnológicos hacen que las perspectivas de futuro sigan posicionando al sector como el siguiente paso evolutivo en la movilidad humana y una alternativa que irá mucho más allá de lo urbano. ¡El futuro del transporte ya está aquí!
El cambio de paradigma de la movilidad eléctrica es similar al cambio que hubo de las impresoras matriciales a las impresoras laser actuales.