El 2039 es el año que Mercedes-Benz ha fijado para conseguir una flota de vehículos neutra en carbono a través de su plan “Ambición 2039”
Estamos viendo varios movimientos interesantes hacia una movilidad sostenible por parte de Mercedes-Benz, comenzando la producción y abriendo las reservas de su primer eléctrico, el SUV Mercedes-Benz EQC, entre otros planes estratégicos en los que se encuentra inmersa la compañía.
Ahora, el fabricante alemán da a conocer cuales son sus planes futuros a través de su nuevo plan “Ambición 2039” presentado por el futuro presidente del Consejo de Administración de Daimler AG, Ola Källenius.
El objetivo de este nuevo plan es muy claro, siendo el de tener una flota de vehículos neutra en carbono para el año 2039. El fabricante, indica que lo que esto significa para ellos es “una transformación fundamental de nuestra empresa en menos de tres ciclos de producto“.

Así pues, el fabricante pretende contar en los próximos 20 años con una flota neutra en carbono que incluiría a los híbridos enchufables y los vehículos totalmente eléctricos, representando “más del 50% de sus ventas de automóviles para el año 2030”. El fabricante, hace hincapié en que su enfoque actual se centra en la movilidad eléctrica a batería, aunque sin cerrar la puerta a otras soluciones como lo son la pila de combustible o eFuels.
Ante la incertidumbre de qué tecnología predominará dentro de 20 años, que es cuando se han fijado su objetivo, la compañía ha animado a los responsables políticos a “allanar el camino hacia la neutralidad tecnológica: Fijemos el objetivo, pero no los medios para lograrlo”.

Indican que su producción neutra en carbono comenzará con su fábrica 56, la cual es una adición a su planta de Sindelfingen que utilizará energía renovable y “será neutral en cuanto a las emisiones de CO2 desde el principio”. En cuanto al resto de sus plantas europeas, Mercedes-Benz indica que se fijan el compromiso a partir de 2022.
Además, el fabricante alemán indica que la electricidad procedente de fuentes renovables también se utilizará para la producción del EQC en su planta de Bremen y para la producción de baterías en Kamenz.
Indican también que actualmente están trabajando con organizaciones como CDP para evaluar el impacto ambiental de su cadena de suministro para poder establecer objetivos de CO2 como un criterio clave en la toma de decisiones y contratos de los proveedores de los principales productos básicos.

Otro punto a tener en cuenta en la carga de las baterías, algo que Mercedez-Benz recalca que puede realizarse con su sistema “Mercedes Me Charge” que permite a los conductores cargar sus vehículos en estaciones de carga públicas de Europa con energía renovable, “siempre que sea posible”. La compañía, explica que la transformación hacia una movilidad sostenible debe partir de la involucración de todos, indicando lo siguiente:
"La transformación hacia una movilidad sostenible del futuro sólo tendrá éxito si la industria automovilística, los proveedores de energía y los responsables políticos trabajan codo con codo. Requiere inversiones masivas y acciones tangibles también más allá del sector automotriz. La energía neutra en carbono y una infraestructura integral son indispensables para este cambio de sistema. Y estamos abiertos a un debate sobre la fijación efectiva de precios del CO2, así como sobre los incentivos para las tecnologías de baja o nula emisión de carbono, preferiblemente a escala mundial."
En resumen, se puede ver la disposición de Mercedes-Benz hacia una transición eléctrica, en la que pide ayuda y apoyo de las autoridades competentes, pero no acaba de lanzarse hacia una apuesta única que derivaría en la producción de vehículos totalmente eléctricos, si no que prefiere barajar otras tecnologías hasta, según dice el fabricante, esperar a ver como se asienta el mercado en los próximos años, y la tecnología que prevalece para entonces.