La empresa china Geely pone el foco en fabricar satélites específicos para los coches autónomos
En alguna ocasión ya os hemos hablado de que esta transformación de movilidad no solo se basa en una tecnología eléctrica, sino en un cambio completo de como desplazarnos y uno de los grandes objetivos en los próximos años es lograr coches 100% autónomos.
Aunque para ello todavía hay un camino que recorrer y muchos fabricantes y empresas están apostando por ser líderes en los coches autónomos porque son conscientes que tendrán una gran ventaja competitiva respecto a la competencia.
Geely, quizás no te suene de nada, pero es una empresa china propietaria de marcas como Volvo o Lynk & Co además de tener un importante número de acciones de Daimler. Ahora Geely ha puesto su objetivo en ser referente en la tecnología necesaria para los coches autónomos de nivel 4 y 5.
Por ello ha invertido 326 millones de dólares para construir un centro inteligente de producción de satélites de órbita baja en Taizhou (China).
500 satélites cada año
Según el objetivo marcado por Geely es que este nuevo centro sea capaz de producir un total de 500 satélites cada año a partir de 2025, año en el que se estima que los coches autónomos tengan un mayor protagonismo.
La fabricación y lanzamiento de estos satélites están pensados para mejorar la conectividad a internet y que la conexión sea mucho más rápida, algo fundamental para la conducción autónoma. El propio fabricante cree que con la tecnología 5G no será suficiente para tener una navegación de alta precisión y posicionamiento en tiempo real (sin lag) necesario para que los coches autónomos sean totalmente seguros.
Diferencias entre los satélites de órbita baja y órbita alta
Probablemente estés pensando si realmente lo que Geely quiere ejecutar en los próximos años tiene sentido y más cuando hay cientos o miles de satélites en órbita.
Geely, quiere lanzar satélites de órbita baja, es decir que estén dando «vueltas» alrededor de la Tierra a una distancia mucho mas corta que los de órbita alta.
Esto permitirá que la precisión de posicionamiento sea de un centímetro, es decir, tan solo podría haber un error de un centímetro con la posición real, esto abrirá el paso a acciones en la conducción autónomo como cambio de carril, adelantamientos automáticos y mucho más