En el caso de que la marca no cumpla con el objetivo marcado de ventas impuestas por el país británico tendrá una multa económica
Reino Unido, en su firme compromiso por lograr una movilidad sostenible, ha marcado un nuevo rumbo para los fabricantes de automóviles. A partir de enero, una nueva regulación obligará a que al menos el 22% de los vehículos vendidos sean cero emisiones. Este porcentaje no es estático y se prevé que aumente progresivamente, teniendo en vista un futuro completamente eléctrico para 2035.
Aunque hubo indicios de un posible aplazamiento en la prohibición de vehículos con motores de combustión interna (ICE) hasta el 2035, el gobierno británico ha decidido mantenerse firme en sus objetivos previamente establecidos en torno a los vehículos eléctricos. El hecho de mantener esta fecha, a pesar de las especulaciones, es una muestra clara del compromiso ambiental de la nación.
Objetivos y sanciones: Medidas para una transición eléctrica
Para garantizar que la industria automotriz siga este nuevo camino, cada año se definirá un porcentaje específico de ventas anuales de vehículos que deberán ser cero emisiones. Para 2030, estas cuotas se dispararán al 80% para automóviles y al 70% para furgonetas. Estos números, más que simples estadísticas, representan una visión clara hacia dónde se dirige el mercado automovilístico del Reino Unido.
Sin embargo, como todo cambio trascendental, esta transición viene acompañada de ciertas regulaciones que buscan garantizar su cumplimiento. Los fabricantes que no alcancen los objetivos propuestos se enfrentarán a dos caminos: abonar una multa o adquirir “permisos ZEV” de aquellos fabricantes que sí hayan alcanzado o superado las metas. Estos permisos, cuyo costo para automóviles es de 15.000 libras, ofrecen una especie de “colchón” para las empresas, permitiéndoles un margen de adaptación a la nueva normativa.
¿Qué opinan los fabricantes?
La postura del gobierno, aunque visionaria y comprometida con el medio ambiente, ha generado diversas reacciones en el sector automovilístico. Tras el reciente anuncio del aplazamiento de la prohibición de modelos no híbridos hasta 2035, surgieron inquietudes entre los fabricantes. Mike Hawes, CEO del SMMT, enfatizó la necesidad de claridad para que los fabricantes puedan planificar sus estrategias de venta para los próximos años.
Incentivos y crecimiento del mercado de coches de segunda mano
Hawes también subrayó la importancia de establecer incentivos para que los coches eléctricos sean más atractivos para los consumidores. Y es que la transición hacia un futuro eléctrico no solo implica cambios en la producción, sino también en la percepción y adopción de los usuarios. Con la decisión de posponer la prohibición de ventas de vehículos ICE y mantener el mandato ZEV, el gobierno británico también apunta a fortalecer el mercado de vehículos usados, presentando alternativas más accesibles para los conductores.
En conclusión, Reino Unido está tomando medidas serias y concretas para dirigir su mercado automovilístico hacia un futuro sostenible, aunque si que en ocasiones resulta algo confusa e indecisa. La balanza entre regulaciones, sanciones e incentivos será clave para asegurar una transición exitosa y beneficiosa para todos.