La reparación de su Hyundai iX35 asciende a más de 100.000 euros. ¿Qué sentido tiene esto?
La transición hacia una movilidad más sostenible es una tendencia creciente que no muestra signos de desaceleración. La promesa de un transporte más limpio ha hecho que muchos conductores consideren cambiar a vehículos de energía alternativa, como los eléctricos o los propulsados por hidrógeno. Sin embargo, mientras que las ventajas son evidentes, existen riesgos y desafíos inesperados, como lo ha demostrado recientemente el caso de un propietario de un Hyundai ix35 propulsado por hidrógeno.
Till Westberg, quien compró un Hyundai ix35 en 2016 por 50.200 euros, enfrentó un obstáculo financiero gigantesco cuando su vehículo dejó de funcionar. El presupuesto de reparación que le ofreció Hyundai para el sistema de pila de combustible del vehículo fue de 103.764 euros, un costo prácticamente prohibitivo para la mayoría de los conductores. Es evidente que las tecnologías emergentes en la movilidad sostenible pueden conllevar riesgos financieros significativos.
La Importancia del compromiso y la adaptabilidad
Hasta el momento de la avería, Westberg había disfrutado de las ventajas del hidrógeno como fuente de energía. Su Hyundai ix35 le permitía recorrer alrededor de 450 kilómetros con cada carga de hidrógeno, además de proporcionar una conducción silenciosa y una buena aceleración. Sin embargo, como cualquier pionero en tecnología, enfrentó desafíos, como la escasa disponibilidad de estaciones de repostaje de hidrógeno. Pero lo que no anticipó fue el costo exorbitante de reparación.
Hyundai admitió que el precio de la reparación era irracionalmente alto debido a la producción limitada del modelo en cuestión, un aspecto que pone de relieve las dificultades que pueden surgir al adoptar tecnologías de nicho. Esto es particularmente relevante en el caso de los vehículos de hidrógeno, donde la falta de economía de escala puede llevar a costos prohibitivos en caso de averías importantes.
¿Son los coches de hidrógeno una opción real actualmente?
El caso de Westberg y su Hyundai ix35 debe servir como una advertencia para los entusiastas de la movilidad sostenible. Aunque los avances tecnológicos prometen un futuro más limpio, también es crucial considerar los costos y desafíos asociados. Por fortuna, Hyundai está trabajando en una solución para el cliente y destaca que modelos más nuevos, como el Nexo, ofrecen una mejor disponibilidad de piezas a precios más razonables.
El cambio hacia una movilidad más sostenible es inevitable, pero este caso nos muestra que el camino estará lleno de desafíos y aprendizajes. Los conductores, fabricantes y reguladores deberán colaborar estrechamente para garantizar que las tecnologías emergentes no solo sean ecológicas, sino también económicamente viables y accesibles para todos.
En resumen, la movilidad sostenible con hidrógeno tiene un futuro brillante, pero es un camino que aún necesita mucha planificación, adaptabilidad y, sobre todo, un compromiso compartido para superar los obstáculos en el camino hacia una movilidad más limpia y eficiente.
La anecdótica reparación del Hyundai iX35 de hidrogeno con un coste superior a los 100.000 euros, no favorece en absoluto la imagen de Hyundai, a no ser que el fabricante reaccione en positivo defendiendo y salvaguardando la inversión que el propietario realizo en su momento confiando en la marca.
Una locura, de manera comercial los fabricantes tienen que entender, que para mover inventarios tiene que existir consumidor y solo lo tendrán, brindando mejores ofertas y mayor seguridad al momento de hacer la selección. En el caso de la movilidad, un coche que no asegura 500 kilómetros de autonomía y que el una reparación «Clave» no supere el 30% de su valor real y que el mantenimiento sea de apena un 3% de su valor, nunca será de interés comercial.