Solar Voyager, el ecológico buggy fabricado con residuos plásticos impresos en 3D y alimentado por energía solar
Solar Voyager, el buggy eléctrico alimentado por energía solar y hecho con basura plástica impresa en 3D se prepara para viajar al Polor Sur, conducido por los holandeses Liesbeth y Edwin ter Velde, creadores del proyecto Clean2Antarctica, el cual pretende mostrar su un estilo de vida sin residuos.
La pareja, inició el proyecto con la idea de reutilizar los residuos plásticos, llegando finalmente a construir un buggy eléctrico de dichos residuos, el cual se alimenta de energía solar y con el que, ambos, realizarán un viaje al Polo Sur. Para su fabricación, el dúo diseño un bloque de construcción hexagonal conocido como HexCore, que utiliza materiales reciclados y así, comenzaron a utilizar su propia basura plástica.
"Trituramos piezas y las fundimos en el filamento que alimenta a las impresoras 3D. Luego lo llevamos al siguiente nivel y lo hicimos a escala industrial, utilizando pallets reciclados de una planta de residuos. Con cuarenta impresoras 3D imprimimos 4000 HexCores. Un bloque de construcción inspirado en el panal, diseñado para ser ligero y resistente".
Finalmente, el Solar Voyager porta dos remolques de dos ruedas, los cuales, soportan 10 paneles solares bifaciales, además de almacenar suministros, los cuales incluyen comida para 47 días. Respecto al agua, no llevan, ya que pretenden utilizar el hielo que les rodea, derritiéndose así en seis tubos de vacío solares. El buggy eléctrico porta una ventanas de infrarrojos en la cabina que ayudan a absorber la luz solar, a la vez que mantienen el habitáculo caliente.
En cuanto a su peso, este es de 1.485 kgs, lo que lo hace un vehículo bastante ligero, teniendo en cuenta todo lo que sostiene, incluida la pareja holandesa que va a bordo. Respecto a sus medidas, son de 16 metros de largo. El eléctrico, es capaz de moverse a una velocidad lenta de 8 km/h, lo que beneficia a maximizar la eficiencia de energía generada por los paneles solares, en un viaje largo que durará aproximadamente 30 días.
Respecto a su diseño, la pareja indica que tuvieron que enfrentarse a diversos desafíos, siendo el más grande de estos, el del lugar al que está destinado a ir, dadas sus bajas temperaturas que con certeza llegarán a los -30º C:
"Conducir por la Antártida necesita pensamiento creativo. ¿Cómo flotar sobre la nieve o proporcionar agua potable? ¿Cómo podemos comunicarnos con el Centro de Control de Misiones? Diez paneles solares proporcionan potencia constante para el motor, y las tuberías de vacío pueden derretir el hielo. Su peso ligero se distribuye sobre ruedas especiales para que la conducción sea más eficiente. El Solar Voyager comenzó como un rompecabezas de plástico y ahora es un vehículo de alta tecnología construido para la Antártida".
Ante la evidente pregunta de «Por qué en la Antártida», explicaron:
"La Antártida contiene el 90% del hielo del mundo y no pertenece a nadie. Es un residuo cero por ley, lo que lo convierte en el destino perfecto para una aventura de residuo cero. Podemos aprender de la Antártida y asegurarnos de que siga así. También queremos concienciar sobre el Tratado Antártico. Si no se amplía en 2048, el continente se abrirá a la explotación comercial".