Las baterías actuales de LFP ofrecen la suficiente densidad energética para ser una opción en los coches de Tesla de menor autonomía
El crecimiento y proliferación de los coches eléctricos en los últimos meses e incluso algún que otro año atrás es imparable, cada vez hay más ventas de estos vehículos pero este crecimiento desmesurado puede provocar falta de componentes y materias primas para poder ser construidos.
Hace unos días os hablamos de que los semiconductores (chips) actualmente son muy demandados y ha provocado como muchas fábricas de automoción tuvieran que disminuir el ritmo de producción o incluso suspenderla de forma temporal durante unos días.
Otro elemento que está sufriendo una gran demanda y a su vez escasez es el níquel, una materia prima que se usa para las baterías de iones-litio, las baterías que Tesla utiliza en la mayoría de sus coches eléctricos.
Sin embargo, desde el año pasado, Tesla en la fábrica de de China (Gigafactory 3) ha utilizado baterías LFP, (baterías de fosfato de hierro) para el Tesla Model 3 Standard Range Plus.
Según Elon Musk, las baterías LFP han mejorado en los últimos años considerablemente, obteniendo una densidad energética lo suficientemente buena para que sea una batería que pueda considerarse ofreciendo ventajas como evitar el uso de materias primas como el níquel repercutiendo directamente en un precio de fabricación más bajo.
Ahora, Tesla no descarta que estas baterías de fosfato de hierro no solo se utilicen en los vehículos que se fabrican en China, sino que también podrían ser usados en los vehículos de acceso de gama que se fabrican en Estados Unidos como el Tesla Model 3 Standard Range Plus y el Tesla Model Y Standard.
El propio Elon Musk manifestó por Twitter su preocupación sobre el níquel diciendo lo siguiente:
“El níquel es nuestra mayor preocupación para escalar la producción de celdas de iones de litio. Es por eso que estamos cambiando los autos de gama estándar a un cátodo de hierro. ¡Mucho hierro (y litio)!”
A la escasez de esta materia prima hay que sumarle que de lo que llevamos de año, el precio del níquel ha subido un 16% ya que la demanda supera a la oferta.
Y todo esto no es nada nuevo, el propio Tesla ya avisó en 2019 de que si no se tomaban acciones en un futuro cercano podría existir escasez de minerales para construir suficientes baterías para coches eléctricos.
Hay que seguir investigando sobre nuevos materiales sostenibles para fabricar baterías, la gran demanda es un riesgo que se puede cargar la trasformación hacia la movilidad eléctrica.