Un nuevo estudio profundiza como el trabajo remoto ha impactado positivamente en la reducción de la huella de carbono
El avance tecnológico y la necesidad imperante de reducir las emisiones de carbono han llevado a una transformación en la manera en que trabajamos.
El trabajo remoto (teletrabajo), que ha ganado protagonismo a raíz de la pandemia del COVID-19, ha emergido como una solución sostenible y amigable con el medio ambiente.
¿Por qué el trabajo remoto reduce la huella de carbono?
El hecho de no desplazarse diariamente a oficinas que requieren ser construidas, calentadas y refrigeradas representa una considerable reducción en las emisiones de carbono asociadas con el proceso laboral. Aunque hay profesiones que necesitan de la presencia física, como camareros o trabajadores de la construcción, una gran cantidad de trabajadores podrían realizar sus labores en línea.
Un estudio publicado el 18 de septiembre de 2023 en el Proceedings of the National Academy of Sciences determinó que trabajar desde casa puede reducir la huella de carbono de un empleado individual en más de un 50%. Según este estudio, el aumento en el trabajo remoto impulsado por la pandemia podría tener implicaciones medioambientales significativas.
Aunque el uso de la tecnología y las comunicaciones tiene un impacto casi nulo, la energía utilizada en oficinas y los desplazamientos no relacionados con el trabajo juegan un papel crucial.
Factores a considerar en el trabajo remoto
A pesar de que parece obvio que no desplazarse diariamente reduciría las emisiones de carbono, hay aspectos que contrarrestan estos beneficios. Por ejemplo, aquellos que trabajan principalmente desde casa suelen vivir más lejos de sus oficinas. Por lo tanto, cuando se desplazan, conducen distancias mayores generando mayores emisiones. Además, tienden a usar sus coches con más frecuencia para realizar tareas diarias.
No obstante, los que trabajan completamente desde casa podrían tener una huella de carbono un 54% menor en comparación con los trabajadores presenciales. Por su parte, los trabajadores híbridos, aquellos que trabajan entre dos y cuatro días a la semana desde casa, podrían reducir sus emisiones de carbono entre un 11 y 29%.
El estudio resalta la necesidad de cambiar el enfoque de la tecnología de la información y comunicación hacia la descarbonización del transporte, la reducción de espacios de oficina y la inclusión de energías renovables en edificios.
Hoy y mañana: el panorama cambiante
Aunque el estudio proporciona un panorama de la situación actual, es complicado proyectar cómo será el futuro laboral. Se espera que en el futuro haya más vehículos no contaminantes y que el suministro eléctrico de EE.UU. continúe beneficiándose de más energías renovables.
Un trabajador presencial que se desplace en tren podría tener una huella de carbono menor que un trabajador híbrido que conduzca solo al trabajo. La sustitución de buses y trenes tradicionales por versiones eléctricas podría acelerar la mitigación del cambio climático, en conjunto con la transición hacia una red eléctrica más verde.
Por lo tanto, es fundamental que individuos, empresas y políticos implementen prácticas sostenibles para maximizar los beneficios medioambientales del trabajo remoto y híbrido.
El futuro del trabajo está en el pensamiento de muchos. Si bien el trabajo remoto parece ser la respuesta para reducir emisiones, la productividad y supervisión de los empleados es una preocupación válida para los empleadores. La lección que nos deja esta investigación podría ser que coches más verdes y redes eléctricas más limpias son más relevantes en el gran esquema que la ubicación física del empleado, ya sea en la oficina, en casa o en un punto intermedio.