Nuevo batacazo de la Unión Europea. Ahora, ¿A favor de los diésel?
Es de sobras conocido el gran problema al que nos enfrentamos en todo el mundo, que es el cambio climático. Una forma de intentar prevenirlo, recae en la contaminación de los vehículos de combustión, más en los diésel que en los gasolina, pero ambos perjudiciales para el medio ambiente.
Son varias ciudades de todo el mundo las que ya han tomado medidas, en concreto en Europa, algunos de los países que han establecido normativas ante la contaminación bien actuales, progresivas y para futuro, son: Reino Unido, Irlanda, Holanda, Suecia, Francia o España.
Aunque cada uno con una normativa diferente, sí que el objetivo común es la prohibición, unos países más a corto plazo y otros más a largo plazo, de los vehículos de combustión. Pero estas medidas se han visto empañadas por las recientes declaraciones de la comisaria europea de Industria y Mercado Interior, Elzbieta Bienkowska, quien ha dicho que prohibir es “incompatible” con la legislación europea actual. En concreto, ha respondido al parlamento de Dinamarca:
Bajo la actual normativa de homologación de la Unión, una prohibición completa de la comercialización, importación y matriculación de coches nuevos de gasolina y diésel en un Estado Miembro no es compatible con la ley de la Unión Europea.

Bienkowska ha dejado claro que es muy complicado una prohibición total de la venta de vehículos diésel y gasolina, y que no se puede llevar a cabo, tal y como comentábamos anteriormente, por lo que ella define como “incompatibilidad”.
Estos cambios, afectan directamente a normativas españolas aprobadas como la prohibición de venta en las Islas Baleares de vehículos diésel a partir de 2025 y gasolina a partir de 2030, o la prohibición de venta de vehículos de combustión a partir de 2030 que sacó adelante el Gobierno.
Desde el punto de vista de las ciudades europeas, no importan los planes que se tengan, ya que prevalece la normativa europea, por lo que de nada serviría lo recorrido hasta ahora. Y así es como de buenas a primeras, Europa echa por la borda todo un plan de lucha contra el cambio climático.